La SUPERINTENDENCIA DE SALUD (organismo de control de las OBRAS SOCIALES) no hace absolutamente nada por los afiliados discapacitados. Los beneficiarios no deberían dejarse engañar. En su buena fe, muchos acuden a este ENTE pensando que podrán obtener alguna solución a su caso.- Pero la Superintendencia nunca jamás realiza acciones concretas para garantizar el acceso a los servicios que las obras sociales deniegan a sus afiliados. Publican y promocionan procedimientos SUMARÍSIMOS para problemas de cobertura, pero estos procedimientos NUNCA se aplican. Los trámites son eternos y parecería que están hechos para que los beneficiarios nunca obtengan lo que por derecho les corresponde. Tratándose incluso de cuestiones muy urgentes, pasan meses y meses y sólo emiten DICTAMENES y PROVIDENCIAS parciales A PRIMERA VISTA SUPER BENEFICIOSAS PARA EL AFILIADO que de nada servirán porque las prestaciones jamás se hacen realidad. Lo que hacen es INTIMAR y APERCIBIR veinte veces a las obras sociales pero NUNCA les aplican sanciones que las obliguen a cumplir con lo que deben. SE PASAN LOS EXPEDIENTES DE UN ÁREA A LA OTRA mientras los beneficiarios sufren padecimientos a causa de sus enfermedades. Incluso muchas personas dedicadas al tema de salud y discapacidad saben muy bien lo que sucede con este organismo y los discapacitados. Por eso deciden ignorar a la Superintendencia y recurrir a la vía judicial.- Pero nadie decide tomar cartas en el asunto y exigir que se cumpla con las leyes y normas vigentes.- Nos solo por los discapacitados sino por las personas gravemente enfermas que necesitan las coberturas. Ir a la justicia no es tan sencillo como se plantea. Se debe contratar a un abogado. Los casos de salud demandan muchísimo tiempo y dedicación y tienen muchas idas y venidas. Los abogados tienen muchos clientes y generalmente no cuentan con el tiempo necesario.- Gastos en fotocopias, cartas, comunicaciones telefónicas, honorarios, etc., recursos con que las personas con discapacidad generalmente NO CUENTAN. Y si pierden los juicios deben pagar las costas. Es espantoso que personas enfermas deban pasar por todo este PERVERSO via crucis para obtener ni más ni menos que algo que les corresponde. La FARSA en este organismo es emblemática y pocas veces vista pudiendo ser un ENGAÑO para cualquier desprevenido. Se trata de una nueva versión renovada de la burocracia, que cambió su disfraz. En la Superintendencia, la atención es muy cordial, el ambiente muy agradable, todo limpito, cómodo, con refrigeración. La atención para consultas generales es rápida y los empleados muy corteses y amables. Los expedientes están bien armaditos, prolijitos, cada papelito con su numerito y sellito, todo super informatizado, etc. Le dan a los afiliados un montón de FOLLETOS y publicaciones para que conozcan sus derechos.-
Pero lo que NUNCA JAMÁS se hacen efectivos son LOS SERVICIOS DE SALUD reclamados por los pacientes que las obras sociales no cumplen. Los dictamenes y providencias son a FAVOR del afiliado, pero de nada sirven porque las obras sociales no los cumplirán y es ahí donde nadie hará nada y la persona quedará desamparada.- En ese momento es cuando la persona se da cuenta de lo que pasa.- Las obras sociales no cumplen y la Superintenbdencia no les aplica sanciones firmes para obligarlas a cumplir.- INCREIBLE PERO REAL.-