Efectos beneficiosos sobre la lactancia materna:
Comienzo de la lactancia materna
Los recién nacidos a término sanos utilizan un conjunto de conductas innatas específicas de especie inmediatamente después del parto cuando son colocados en contacto piel con piel; durante este periodo, conocido como “periodo de reconocimiento sensible, los neonatos y sus madres desarrollan pautas de interacción sincrónicas y recíprocas siempre y cuando el contacto sea íntimo e ininterrumpido (20).
En el estudio de Righard y Alade, en 1990, observaron durante las primeras dos horas post-parto a 72 niños nacidos de partos normales. El grupo control fue el grupo de separación (n=34), en éste el niño era colocado sobre el abdomen de su madre inmediatamente después del parto pero pasados 20 minutos se retiraba y se procedía a su antropometría, baño, vestido… y posteriormente se volvía a situar en contacto piel con piel con su madre.
En el grupo experimental o grupo de contacto (n=38) el neonato y la madre permanecían interrumpidamente en contacto durante por lo menos una hora. En este grupo se comprobó que tras una media de 20 minutos, los niños guiados por las señales olfativas y estímulos táctiles y térmicos característicos de este primer periodo de reconocimiento sensible, empezaban a reptar hacia los pechos, mostrando reflejos de arraigo tales como búsqueda y succión y en una media de 50 minutos lograban una succión correcta (24/38- grupo experimental vs 7/34-grupo control). (21)
En 1998 fue publicado el estudio observacional de Gómez Papi y cols. Este estudio fue realizado sobre una muestra de 908 recién nacidos a término colocados en contacto piel con piel al nacer y registraron el momento en el que éstos realizaban la primera toma espontánea. El 91% de los recién nacidos realizaron la primera toma espontánea en los primeros 60-70 minutos. La probabilidad ascendía a un 96 % para contactos más prolongados. Como conclusión establecieron que el contacto piel con piel puede durar todo el tiempo que la madre y el neonato necesiten, pero ha de ser como mínimo de 60-70 minutos para maximizar la probabilidad de que el recién nacido haga una toma espontánea (18,19).
El estudio Carfoot 2004 y Carfoot 2005 concluye que los neonatos que son sostenidos en contacto piel con piel presentan más del doble de probabilidades de lactar de forma exitosa durante la primera alimentación después del nacimiento que los neonatos sostenidos por sus madres y que son envueltos en una manta (OR 2,65; IC del 95%). (22,23). Estos resultados fueron confirmados posteriormente por Moore 2005 utilizando la Infant Breastfeeding Assessment Tool (IBFAT; Herramienta de Evaluación de la Lactancia Infantil) donde concluye que tanto el contacto piel con piel como la protractilidad del pezón de la madre contribuyen por igual a la variación en las puntuaciones del IBFAT (24).
Mizuno 2004 por su parte declaró que el contacto piel con piel produce un mejor reconocimiento del neonato del olor de la leche de su madre y una diferencia en la frecuencia de los movimientos de succión (25)
No obstante, es importante señalar como medida de control de los resultados que los factores contextuales también resultan críticos en el inicio de una lactancia exitosa; factores tales como la temperatura del paritorio, la privacidad, la ausencia de ruido, el estado materno y el apoyo y colaboración del personal sanitario en el propio método…son claves para lograr una eficacia en lo que a comienzo de lactancia materna respecta con la aplicación del contacto piel con piel inmediato.
Estado y duración de la lactancia
En los estudios consultados, se concluye que el contacto piel con piel precoz produce en términos generales un mejor rendimiento en lo que a duración de lactancia materna respecta con la excepción del estado de la lactancia de 28 días a un mes después del nacimiento (3).
Las madres de los neonatos de los grupos de contacto piel con piel estudiados presentan mayores probabilidades de lactar de uno a cuatro meses después del nacimiento, comparadas con las madres de los grupos control. Así queda reflejado en el metaanálisis de Sosa 1979 y Thomson 1979 en el que fueron incluídos un total de diez estudios con 552 pares de madre y neonato. En ocho de los diez estudios se obtuvo tal diferencia a favor de los grupos de contacto piel con piel si bien sólo alcanzó significación estadística en dos de ellos (26, 27)
Los resultados arrojados por los distintos estudios estiman que los neonatos de los grupos de contacto piel con piel lactaron por un promedio de 42,55 días más que los neonatos del grupo control. Los resultados fueron obtenidos de estudios llevados a cabo en diferentes países y entre mujeres pertenecientes a clase socioeconómica baja y alta (3, 28, 29).
De nuevo, tal como se comenta en el apartado anterior, el momento de llevar a cabo el contacto piel con piel resulta crítico, alcanzándose resultados óptimos en lo que a lactancia materna respecta cuando se lleva a cabo en el primer minuto de vida. Del mismo modo, el apoyo del personal sanitario (matrona generalmente) en el momento de la primera toma, así como la instrucción en la técnica resulta fundamental, ya que muchas madres se sienten inseguras sobre su capacidad para iniciar satisfactoriamente la lactancia.
Cambios madurativos de la leche materna e ingurgitación mamaria
Los estudios realizados hasta la fecha no han demostrado diferencias significativas en cuanto al grado de maduración de la leche materna, es decir, la evolución del calostro a leche madura o lactogénesis II.
La lactogénesis II, coloquialmente conocido como “subida de leche”, expresión del aumento masivo en la síntesis de los componentes de la leche tiene lugar habitualmente entre las 48 y 72 horas postparto. En estos momentos las madres suelen experimentar síntomas tales como rubor, calor, aumento del tamaño de las mamas y de su consistencia e incluso dolor ligero a moderado.
A pesar de que la evidencia demuestra que los cambios en la lactogénesis ocurren de igual forma y en el mismo periodo de tiempo con independencia de la aplicación del método canguro o no, dichos resultados no contradicen la recomendación de iniciar la lactancia lo antes posible.
La ingurgitación mamaria, producida por acumulación de leche en los alvéolos mamarios, produce a la madre molestias leves o intensas de tipo inflamatorio y dificulta el agarre del recién nacido al pecho; está relacionada entre otros factores con el retraso en las primeras succiones, así como en la limitación de la frecuencia y duración de las tomas. Entre los métodos que han demostrado una mayor eficacia para evitar la ingurgitación se encuentran el amamantamiento precoz y frecuente en una postura correcta (30). Según los resultados del estudio de Hill 1994, el dolor por ingurgitación medido mediante la Self Reported Six Point Breast Engorgement Scale (Escala de Hiperemia de las Mamas de Seis Puntos Autoinformada) fue menor para las madres del grupo de contacto piel con piel precoz que para las madres sin contacto al tercer día después del nacimiento (31)
CONCLUSIONES:
El método canguro o contacto piel con piel, entre la madre y el recién nacido inmediatamente tras el parto, es la norma biológica de la especie humana; su fundamento es sencillo: consiste en colocar al recién nacido desnudo sobre el torso descubierto de su madre en posición de decúbito ventral sin interponer ningún otro tipo de manipulación entre ambos durante un tiempo mínimo de 50 minutos para aprovechar todos sus efectos beneficiosos.
Históricamente, este método ha aportado protección, calor, estimulación y nutrición al lactante. Sin embargo, a pesar de sus ventajas y de lo sencillo y eficiente que resulta llevarlo a la práctica, el manejo médico perinatal de las últimas décadas ha impuesto un patrón de separación temprana de madre y neonato. No obstante, en los últimos años y tras las investigaciones llevadas a cabo con el objeto de evidenciar sus ventajas clínicas, la tendencia de las Maternidades de los países occidentales, siguiendo las recomendaciones de Organizaciones tales como la Sociedad Española de Neonatología, Ministerio de Sanidad, Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), entre otras, es a recuperar la puesta en práctica de este sencillo procedimiento.
Los resultados hallados en la presente revisión han demostrado un efecto favorable estadísticamente significativo sobre el éxito de la primera lactancia materna, el estado y la duración de la lactancia materna de uno a cuatro meses después del nacimiento y menor frecuencia de ingurgitación mamaria.
Por otra parte, las madres a las que se hace partícipe de este método señalan altos niveles de satisfacción con la experiencia así como una una clara preferencia sobre este tipo de intervención en futuros partos que sobre la posibilidad de sostener al recién nacido envuelto en una manta.
Si bien los resultados apuntan a un claro efecto positivo del método canguro sobre la lactancia, es preciso mencionar que en dicho efecto intervienen otra serie de factores tales como el tipo de parto, la educación maternal recibida durante el embarazo, (la cual sin duda incide en el interés de la madre y su grado de implicación), el estado del recién nacido, y muy especialmente los efectos de la asistencia proporcionada por los profesionales encargados de atender el parto (matrona) en la enseñanza de la técnica de lactancia materna en la primera toma Esta condición resulta un componente insoslayable y sin duda sinérgico de los efectos del método canguro sobre la lactancia, cuyo efecto en las investigaciones consultadas supone una limitación metodológica en el sentido de ser sumamente difícil separar los efectos del contacto piel con piel de los efectos de asistencia profesional en este primer momento tan decisivo para una lactancia exitosa.