Comportamiento clinico-quirurgico de la ptosis palpebral
Autor: Dra. Alicia María Tamayo Carbón | Publicado:  11/06/2010 | Oftalmologia , Imagenes de Oftalmologia | |
Comportamiento clinico-quirurgico de la ptosis palpebral .1

Comportamiento clínico-quirúrgico de la ptosis palpebral.

Hospital oftalmológico Pando Ferrer, Hospital Ameijeiras. 2007-2008.

Dra. Alicia María Tamayo Carbón. Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral Especialista de Primer Grado en Cirugía Plástica y Caumatología. Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Cuba

Dra. Luz Divina López Cabrera. Especialista de segundo Grado en Cirugía Plástica y Caumatología. Profesor Auxiliar. Profesor Consultante. Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Cuba

Dra. Luz Marina Miquet Romero. Especialista de Segundo Grado en Cirugía Plástica y Caumatología. Máster en Nutrición en Salud Pública. Servicio de Quemados. Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Cuba.

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo sobre las variantes clínicas y el tratamiento quirúrgico de la Ptosis palpebral en pacientes atendidos en la consulta de oculoplastia del hospital oftalmológico “Ramón Pando Ferrer” en el período comprendido desde marzo 2005 hasta mayo 2006. La muestra estuvo integrada por 98 pacientes, de ellos 66 con afectación unilateral y 32 bilaterales para un total de 130 párpados afectados, los que fueron clasificados según edad, sexo, etiología, formas clínicas de presentación, tipos de tratamientos empleados, resultados de los tratamientos quirúrgicos y sus complicaciones. El estudio mostró un predominio en pacientes menores de 18 años y en el sexo masculino. Los tipos etiológicos más frecuentemente encontrados fueron las Ptosis miogénicas seguidas de las aponeuróticas y neurogénicas respectivamente, predominó la afectación unilateral izquierda y el criterio de tratamiento quirúrgico. La técnica quirúrgica más empleada fue la suspensión frontal. Los resultados del tratamiento quirúrgico fueron evaluados como buenos en el mayor por ciento de los casos, siendo ínfima la aparición de complicaciones postoperatorias.

Introducción

La Ptosis Palpebral es una afectación bien conocida en los campos de la Cirugía Plástica y la Oftalmología, pero debido a la compleja etiología y a su difícil y a veces frustrante tratamiento es ignorada por muchos profesionales de la rama. Se define como la caída involuntaria del párpado superior en situación de vigilia, que ocasiona un estrechamiento de la hendidura palpebral, alisamiento del párpado y posible borramiento del pliegue palpebral. Puede ser congénita o adquirida, unilateral o bilateral, constante o intermitente; estar asociada a una afección local o a una enfermedad sistémica; produce limitaciones funcionales, aberraciones de la posición del cuello, del cuerpo y alteraciones estéticas y psicológicas (1), (3). Independientemente de su gravedad, se acentúa con el cansancio y se hace más llamativa con determinadas situaciones emocionales por interferencia con el músculo de Müller de inervación autónoma (4). Cuando es acentuada, afecta la visión por cubrir la pupila, los enfermos se esfuerzan por levantar el párpado mediante la acción del músculo occipito-frontal lo cual produce arrugas de la piel de la frente y elevación de las cejas. Cuando es bilateral, el enfermo trata de utilizar la pupila flexionando la cabeza hacia atrás, y en ocasiones, se observa un curioso ejemplo de movimientos asociados: el paciente eleva el párpado superior y mueve la mandíbula, todo lo cual llena de inconformidad e insatisfacción al afectado que acude a nosotros en busca de ayuda. (2)

La cirugía de los párpados constituye un tema fundamental en el arte de la restauración cosmética de la cara, sin embargo, la corrección de la Ptosis palpebral está relacionada, no solo con una particularidad estética, sino también funcional. (1), (3). Es indiscutible que para una visión adecuada del ojo, la amplitud de la hendidura palpebral juega un rol importante. Si esta se encuentra estrecha, puede conducir a un niño a la ambliopía, alterar los resultados de la campimetría y frustrar el desarrollo de cualquier cirugía ocular.

Mundialmente la cirugía de la ptosis palpebral es considerada agradecida, no sencilla técnicamente ni exenta de complicaciones en el postoperatorio, pero con una mejoría en el aspecto que es valorada favorablemente por pacientes y familiares (4).

A pesar del desarrollo acelerado de las técnicas de comunicación global y de ser este tratamiento un arma útil que tenemos a nuestra disposición para aliviar a los enfermos, son escasas las publicaciones que encontramos al respecto.

Cuba no escapa a la realidad internacional, es importante el número de pacientes que acude a consulta, y son pobres los estudios sobre el tema.

Por ser una afectación frecuente, causante de gran limitación visual con su importante repercusión estético-funcional, y por tratarse de un tema en el que se ha hecho difícil suministrarle al cirujano plástico un enfoque claro del diagnóstico y proporcionarle técnicas quirúrgicas en las que pueda confiar para obtener resultados satisfactorios, (3), (4) fue que surgió la motivación para profundizar en el conocimiento sobre el comportamiento clínico y el tratamiento quirúrgico de la Ptosis palpebral con este objetivo se identificaron sus características clínicas , se preciso la conducta seguida según variedad de la misma, se evaluó el resultado de las técnicas quirúrgicas empleadas en el tiempo de estudio y se enumeraron las complicaciones presentadas.

Material y Método

Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y de cohorte sobre el comportamiento clínico y tratamiento quirúrgico de la Ptosis palpebral, en pacientes atendidos en la consulta de oculoplastia del Hospital Oftalmológico “Ramón Pando Ferrer” en el período comprendido entre Marzo 2005- Mayo 2006.

La muestra estuvo integrada por 98 pacientes, de ellos 66 con afectación unilateral y 32 bilaterales para un total de 130 párpados afectados.

Los criterios de inclusión establecidos fueron:

 Pacientes no eviscerados o enucleados.
 No presentar causas de pseudoptosis.
 No haber sido intervenido previamente por esta patología.

Método de trabajo

Los pacientes fueron evaluados inicialmente en consulta externa donde recibieron valoración oftalmológica integral para detectar la presencia de otras malformaciones palpebrales, alteraciones de la movilidad y visión, errores de refracción, disminución de la sensibilidad corneal, existencia de enoftalmos o exoftalmos unilateral, visión monocular y binocular y estado de las vías lagrimales excretoras. Estas alteraciones deben ser corregidas antes que la Ptosis. (1), (4), (19). Luego de esta valoración, los enfermos que componen la muestra se clasificaron según las variables establecidas en el estudio, determinando en cada uno la edad, sexo y el resto de las características clínicas de la Ptosis palpebral. Se realizaron los siguientes exámenes paraclínicos: hemograma, coagulograma, glicemia, y creatinina. Previo consentimiento informado, se tomaron fotografías digitales de cada paciente, en dirección antero posterior, en PPM y con el músculo frontal contraído, en forma de close - up desde la punta de la nariz hasta la frente, y una posición más para abarcar toda la cara. Teniendo en cuenta los elementos anteriores, se decidió la conducta a seguir: la técnica a aplicar en los casos quirúrgicos de manera ambulatoria o el seguimiento médico en los que no fueron tributarios de dicho tratamiento. Después de operados, se reevaluaron en consultas efectuadas a las 24 horas y a los 7, 15 y 30 días para determinar el resultado del tratamiento y posibles complicaciones. Se tomaron fotografías en cada consulta.

Delimitación y operacionalización de variables

El comportamiento clínico de la Ptosis palpebral se evaluó agrupando a los pacientes según edad, sexo y clasificación teniendo en cuenta los criterios que a continuación se señalan.

Edad: la muestra se distribuyó en tres grupos etáreos:

 Niños: De 0 a 18 años.
 Adultos: Mayores de 18 años hasta 60 años.
 Ancianos: Mayores de 60 años.

Criterios diagnósticos

 Borde palpebral superior que rebasa 2 mm. el limbo esclerocorneal en su zona superior (entre h/l0 – h/2).
 Ojo cuya apertura palpebral es menor de 9mm. en su zona central o para central en PPM y sin accionar el músculo frontal.
 La distancia de la pupila al borde palpebral superior es menor de 4 mm. (1)


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