Aparte de los que fueron profesores, la Universidad de Padua contó entre sus alumnos a personalidades de todas las áreas de las Ciencias como lo veremos en el curso de éste ensayo histórico.
Su alcance no se quedó solo en el ámbito médico, sino que en todas las ramas del saber en las diferentes épocas tuvo figuras prominentes que dictaron cátedra no sólo en el territorio italiano sino en todo el continente europeo. Hombres de leyes, Físicos, Matemáticos, Filósofos, Teólogos, Astrónomos, Geólogos, Botánicos, Médicos, hicieron de la Universidad una institución con renombre mundial buscada por todo aquel que quisiera destacarse en la rama de estudio escogida (3) (4) (5) (6) (7) (8)
Siglo XII. Disputa entre el poder universal y divino (iglesia) y el poder terrenal y político (imperio)
Con el Feudalismo como orden económico-social, la Iglesia Católica sobrevivió como portadora de la cultura romana y se fortaleció paulatinamente por tener el dominio sobre el aprendizaje, hasta el siglo XIII. El Papado además de poseer su propio estado, atesoraba en sus Conventos y Seminarios todo el saber antiguo grecorromano y se había convertido en guía espiritual y material de los más poderosos ‘Estados’ europeos, consiguiendo ‘controlar’ todas sus políticas tanto externas como internas.
Era una intromisión permitida en aras del poder divino que le daba credibilidad al poder terrenal de reyes y gobernantes.
Comenzando con Carlos Martel, su hijo Pipino el Breve y su nieto Carlomagno, pedirían reconocimiento al Papado para darle valor a su reinado y con ello enaltecían y fortalecían el poder de la Iglesia sobre el poder del hombre político. Fue Pipino el Breve que cediendo varios territorios italianos al Papado, la Iglesia fundaría los denominados Estados Pontificios. Recordemos la alianza del hijo de Pipino el Breve, Carlomagno, con el Papado, conquistando juntos Francia, Alemania occidental y gran parte del territorio italiano, axial como otros territorios europeos.
En éste punto emerge el Sacro Imperio Romano y con él, la disputa entre quien domina a quien. El poder terrenal de los reyes o el poder divino de la Iglesia. Fue entonces Carlomagno quien protegiendo al Papado en su lucha contra los estados y principados que le eran adversos fortalecerá el rol social y económico de la Iglesia. Funda la Escuela Palatina, en la capital Aquisgrán durante el renacimiento carolingio, etapa de realce intelectual, dirigida por Alcuino de York y sabios de la época (Pedro de Pisa, Eginardo, Pablo Diacono y Teodulfo de Orleans, entre otros), para hacer renacer la cultura y con ello fortalecer su imperio, lo cual ya es un indicio del valor que se le comenzaba a dar a los conocimientos y al poder intelectual sobre otros poderes. Con la desintegración del imperio carolingio a la muerte de Carlomagno (814), sus hijos se repartieron el imperio surgiendo las coronas de Francia y Alemania.
Después del Gran Cisma de Oriente y Occidente (siglo XI) (nombre dado al evento de mutua excomunión que separó al Papa y a la cristiandad de Occidente, de los patriarcas y cristiandad de Oriente, especialmente del principal de ellos, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla alrededor de la cláusula ‘filioque’ que hacía referencia a la disputa entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa por la inclusión en el Credo del término latino ‘filioque’ que significa: ‘y del Hijo’.
La Iglesia de Oriente difería de la Iglesia Occidental en el Credo Niceno acerca del Espíritu Santo. La forma Oriental dice: ‘el Espíritu Santo procede del Padre’. La forma Occidental añade las palabras: ‘y del Hijo’ (escrito en latín: filioque). La Iglesia Occidental confiesa una doble procesión del Espíritu Santo: ‘del Padre y del Hijo’, lo cual es considerado por la Iglesia Oriental como una herejía.
El Cristianismo se aprobaría en los reinos de Europa central (Bohemia, Hungría y Polonia). Para comienzos del siglo XII la Iglesia Católica romana se había convertido en una gran potencia política y económica, creándose roces y conflictos con todos aquellos gobernantes que no querían reconocer dicha supremacía. Existían dos grandes instancias de poder que se disputaban la supremacía europea: el poder temporal del Imperio y el poder espiritual del Papado.
En el siglo X era costumbre del Sacro Imperio Romano Germánico, nombrar cargos en el entramado del Papado. Oton I, hijo de Enrique I ‘El Pajarero’ fue coronado emperador en 962 y fundador del Sacro Imperio Romano Germánico. Al acceder al poder se hizo ungir y coronar en Aquisgrán como ‘rex sacerdos’ (Rey-Sacerdote) ejemplarizado en el dibujo de la Miniatura del siglo X, donde vemos a Jesucristo coronando a Oton I, los otonidas tomaron de Bizancio la idea que el poder real le venía de Cristo. Miniatura del siglo X, donde vemos a Jesucristo coronando a Oton I, los seguidores de Oton tomaron de Bizancio la idea que el poder real le venía directamente de Cristo.
Era mal visto, pero los Papas tenían que hacerlo, ya que los emperadores no solo los protegían de invasiones extranjeras, sino que además les daban territorios y riqueza material para beneficio de todos sus proyectos.
Fue el Papa Gregorio VI (Giovanni Graciano Pierleoni 1045-1046) y Enrique III (1017-1056), Rey de Germania, quienes inician la querella que habría de durar muchos años.