La Universidad de Padua, forjadora del pensamiento medico y cientifico moderno. Capitulo 5. Siglo XVI
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  21/05/2010 | La Universidad de Padua, forjadora del pensamiento , Historia de la Medicina y la Enfermeria | |
La Universidad de Padua, forjadora pensamiento medico cientifico moderno. Capitulo 5. Siglo XVI .11

Al finalizar su curso de Filosofía estaba tan débil de salud, que sus superiores lo enviaron a descansar a su tierra natal en Toscana (Montepulciano). En Mondavi del Piemonte fue destinado a dar cursos sobre Cicerón y Demóstenes. El futuro Cardenal se oponía al castigo corporal de los alumnos y jamás lo empleó. Además de ejercer el magisterio, predicaba con frecuencia y el pueblo acudía en masa a sus sermones.

Su provincial, el Padre Adorno, que le oyó predicar un día, lo envió inmediatamente a la Universidad de Padua para que recibiese cuanto antes la ordenación sacerdotal. Roberto se entregó ahí nuevamente a la predicación y al estudio; pero al poco tiempo, el padre general de la orden, San Francisco de Borja, le envió a Lovaina a proseguir sus estudios. Belarmino pasó siete años en Lovaina. Sus sermones fueron extraordinariamente populares desde el primer día, a pesar de que predicaba en latín y era de tan corta estatura, que subía en un banquillo para sobresalir en el púlpito a fin de que el auditorio pudiese verle y oírle. Pero sus oyentes decían que su rostro brillaba de una manera extraordinaria y que sus palabras eran inspiradas. Después de recibir la ordenación sacerdotal, en Gante, en 1570, ocupó una Cátedra en la Universidad de Lovaina.

Fue el primer jesuita a quien se confirió ese honor. Sus cursos sobre la "Summa" de Santo Tomás de Aquino, en los que exponía brillantemente la doctrina del santo Doctor, le proporcionaban la ocasión de refutar las doctrinas de Bayo sobre la gracia, la libertad y la autoridad pontificia.

Como su salud empezaba de nuevo a flaquear, los superiores le llamaron nuevamente a Italia. Carlos Borromeo trató de que le destinasen a Milán, pero fue nombrado en 1576 para ocupar la nueva Cátedra de Teología Apologética "de controversiis", es decir, la defensa de la ortodoxia católica en la Universidad Gregoriana, llamada previamente ‘Colleggio Romano’.

Bellarmino trabajó incansablemente en esa cátedra y en la preparación de los cuatro enormes volúmenes de sus "Discusiones sobre los puntos controvertidos", popularmente conocidos como "Las Controversias". Aquí se explica la posición católica ante los errores de los protestantes (luteranos, evangélicos, anglicanos). Estos por su parte habían sacado una serie de libros contra los católicos y Bellarmino las contestó admirablemente.

Los sacerdotes y catequistas de todas las naciones católicas encontraban en ellos los argumentos que necesitaban para la sana enseñanza. Tres siglos más tarde, el historiador Hefele calificaba esa obra como "la más completa defensa del catolicismo que se ha publicado hasta nuestros días".

Las "Controversias" de Bellarmino aparecieron en el momento más oportuno, pues los reformadores acababan de publicar una serie de volúmenes en los que se proponían demostrar que, desde el punto de vista histórico, el protestantismo era el verdadero representante de la Iglesia de los Apóstoles. Como esos volúmenes habían sido publicados en Magdeburgo y cada tomo correspondía a un siglo, la colección recibió el nombre de "Las Centurias de Magdeburgo". Baronio refutó dicha obra desde el punto de vista histórico, y Bellarmino desde el dogmático. El éxito de las "Controversias" fue inmediato.

En 1588 Bellarmino lo nombraron Padre Espiritual de la Universidad Romana, pero en 1590 fue como Teólogo, con el Cardenal Gaetano, a la embajada que Sixto V (Felice Peretti 1585-1590) había enviado a Francia, para proteger los intereses de la Iglesia en medio de los problemas ocasionados por las guerras civiles. Sixto V quedo muy complacido con su dedicatoria de ‘De controversiis’, y propuso que el primer volumen fuera colocado en el Index. El nuevo papa, Gregorio XIV (Niccoló Sfondrati 1590-1591), concedió la distinción de una especial aprobación al trabajo de Bellarmino.

Asimismo integró la comisión final para la revisión del texto de la ‘Vulgata’ (traducción de la Biblia al latín vulgar). Esta revisión había sido requerida por el Concilio de Trento, y los papas posteriores habían trabajado sobre el objetivo y casi habían llegado a completarlo. 

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En 1592 Bellarmino fue hecho Rector de la Universidad Romana, y en 1595 Provincial de Nápoles. En 1597 Clemente VIII (Ippolito Aldobrandini 1592-1605) lo llamó de vuelta a Roma y lo hizo su propio teólogo y adicionalmente ‘Examinador de Obispos y Consultor del Santo Oficio’. En 1599 lo hizo ‘Cardenal-Pastor de Santa María in vita’, alegando como razón para esta promoción que "la Iglesia de Dios no tenía otro igual en erudición".

Fue designado junto con el Cardenal Dominico d'Ascoli, como asesor del Cardenal Madruzzi, el Presidente de la Congregación de Auxiliis, que había sido instituido poco antes para solucionar la controversia que había aparecido recientemente entre los Tomistas y los Molinistas concerniente a la naturaleza de la armonía entre la gracia eficaz y la libertad humana.

El Papa Clemente VIII posteriormente designó a Bellarmino como Arzobispo de Capua. En 1605 murió el Papa Clemente VIII, y fue sucedido por el Papa Leon XI (Alessandro Octaviano de Médici 1605-1605) quien reinó sólo por veintiséis días, viniendo luego Pablo V (Camilo Borghese 1605-1621).

Bellarmini no vivió para ayudar en la etapa más critica del caso Galileo, pero en 1615 tomó parte en sus inicios. Decía que si una teoría científica estaba insuficientemente probada, como indudablemente era el caso de la teoría heliocéntrica de Galileo, debería ser adelantada solamente como una hipótesis.

Su salud estaba entonces declinando, y en el verano del mismo año se le permitió retirarse a Sant'Andrea y prepararse para el final. Cuando murió, fue a los setenta y siete años, el 17 de diciembre de 1621 y la expectativa general era que su causa sería prontamente introducida. Bajo el Papa Urbano VIII (Maffeo Barberini 1623-1644) se introdujo su causa en 1627, cuando se apelo a su titulación como ‘Venerable’. Bellarmino fue finalmente canonizado por el Papa Pío XI (Achille Damiano Ambrogio Ratti 1922-1939) en 1930, y declarado ‘Doctor de la Iglesia Universal’ en 1931. Es el santo patrón de los catequistas.

En la fecha de su muerte se celebraba, casualmente, la fiesta de los estigmas de San Francisco de Asís, que se había introducido a petición suya. El proceso de beatificación, que comenzó casi inmediatamente, se prolongó por tres siglos. 

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