Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Novena Parte.6
Xenoinjerto.
El injerto derivado de animales no se recomienda para uso clínico por la baja probabilidad de fusión, derivada del rechazo inmunológico que provoca.
Estimulantes biológicos de la fusión.
Existen productos biológicos extraídos de hueso humano con capacidad osteogénica y osteoinductiva, cuyo principal papel es el de coadyuvante del injerto en los casos de alto riesgo de fracaso de la fusión.
Las células de médula ósea conservadas en un banco de hueso poseen capacidad osteogénica. La matriz ósea se prepara mediante desmineralización de hueso cortical, luego de lo cual queda un extracto de proteínas de bajo peso molecular, entre las que se cuenta la proteína morfogénica ósea, que tiene una capacidad osteoinductiva potente y, por tanto, es útil como coadyuvante de la fusión. Estos preparados se consiguen en los bancos de hueso y se han utilizado clínicamente en los casos de alto riesgo de fracaso de consolidación.
Plastia con materias sintéticas.
De las materias sintéticas el Duracril y el Plexiglás han sido muy utilizados para la plastia de los defectos óseos craneales.
La plastia con material acrílico se realiza de la manera siguiente: después de haber preparado el campo operatorio, es decir, cuando los tejidos blandos epicraneanos están abiertos y los bordes del defecto óseo han sido liberados, se prepara la materia plástica. Se cogen dos partes del polvo y una parte del líquido, se mezclan bien durante 10 minutos, al cabo de los cuales la masa empieza a endurecerse. Durante este tiempo la masa se moldea y obtiene la forma y el grosor del defecto y así se coloca definitivamente.
Durante el endurecimiento, el acrílico se calienta hasta 80 ºC y es necesario el enfriado por medio de solución isotónica fría.
En este método de plastia craneana, el material plástico se fija por medio de suturas y a veces no es necesario fijarlo, ya que éste penetra en las irregularidades del borde óseo y se fija solo. Las partes blandas se suturan en la forma habitual.
El Plexiglás se emplea en forma de láminas de 2-4 mm de grosor, de acuerdo con el hueso que se sustituye. A 70ºC u 80ºC de temperatura este material se ablanda lo que permite moldearlo en la forma deseada; al enfriarse, se endurece rápidamente y conserva la nueva forma en lo sucesivo.
Si esta nueva forma no es adecuada, por medio del recalentamiento podemos moldearlo de nuevo; sus bordes se pueden limar o cortar. Estas cualidades lo sitúan entre los materiales plásticos más útiles.
En la práctica el Plexiglás se ha utilizado de la siguiente forma: después de preparar el defecto óseo, se toma el tamaño y la forma exactos, utilizando una película de celuloide estéril (placa de RX desemulsionada), que colocamos sobre el defecto; hacemos el trazado y por él tallamos el pedazo de Plexiglás, previamente esterilizado y ablandado, en agua caliente o a la llama de una lámpara de alcohol. Debido al rápido endurecimiento del Plexiglás, su modelaje se hace en etapas, en que alternan el calentamiento y el recorte con tijeras.
Después, a la lámina de Plexiglás se le da la forma adecuada que corresponde a la bóveda, los bordes se liman para que ajusten bien sobre el borde del defecto.
Este último debe ser cortado oblicuamente, de modo que impida que el Plexiglás penetre dentro de la cavidad craneana. La plastia se fija a los bordes del defecto por medio de puntos, y previamente se realizan perforaciones en el hueso y en el Plexiglás. Las perforaciones del hueso se practican con fresas finas (no más de 2 mm de diámetro), y las del material plástico se pueden hacer con una aguja calentada en una lámpara de alcohol.
Después se cubre la superficie externa de la plastia con el colgajo perióstico. Al final se suturan la aponeurosis epicraneal y la piel.
Habitualmente no se dejan drenajes, y, en el período postoperatorio, si hay un hematoma, se debe aspirar sistemáticamente, por punciones cada 2 ó 3 días.
Actualmente es muy utilizado un nuevo material sintético denominado Cronos o hueso sintético el cual es un compuesto rico en sales de calcio y fósforo, viene en forma granulada en recipientes estériles de diferentes cantidades del producto, lo que permite utilizar la cantidad necesaria según el tamaño del defecto óseo, su forma de preparación es muy fácil, superando a los métodos anteriores.
Se toma una muestra de sangre del paciente y se mezcla con el material el cual rápidamente se adhiere adoptando la forma del defecto, este producto tiene otra ventaja, que no se calienta.
Se ha usado solo o combinado colocándolo sobre una malla metálica preferiblemente de titanio que sea resistente y flexible para que adopte y cubra completamente el defecto óseo. Los resultados han sido alentadores.
Plastia con láminas metálicas.
Un gran número de metales se han utilizado para la plastia del cráneo, pero el tántalo, el vitalio o la malla de acero inoxidable, son los que han sido mejor soportados por los tejidos. Actualmente el más utilizado y preferido por los neurocirujanos por sus grandes ventajas es el titanio.
Antes de cortar el metal se toma un modelo del defecto de acuerdo con los datos del estudio radiográfico y de la palpación.
La lámina o la malla utilizada, debe tener una extensión un poco mayor que el defecto óseo, y sobrepasar sus bordes en 0,5 cm. Si la lámina o la malla metálica no tienen una forma o tamaño adecuados, se debe modelar durante la operación. Por esto es necesario utilizar tijeras para cortar metal y otros instrumentos estériles, con el fin de darles la forma y la extensión necesarias.