Tumores benignos y malignos
García Férriz, P.
Índice
Resumen. Palabras clave
Tumores benignos y malignos
Tumor benigno en el pie (papiloma)
Melanoma interdigital maligno
Tumores malignos
Tabla, figuras y fotografías
Bibliografía
Resumen
Toda investigación científica tiende a ser iniciada, esencialmente, a partir de un importante y sólido punto de apoyo: es la observación, tonto en Clínica como en Laboratorio.
A través de la historia del mundo científico, se han descubierto numerosos hechos trascendentales, que con frecuencia han estado precedidos por la observación de pe¬queños detalles, y que, como es natural, normal y corriente, han pasado desapercibidos; nunca se les dio la menor importancia.
Pero siempre, en todas las épocas de la vida científica, surgen personas poseídas de una cualidad imprescindible para ejercer la investigación. Nos referimos a la ya mencionada observación, que hay que practicarla con la máxima atención y paciencia. A esta importante cualidad le sigue una segunda etapa que es el estudio meticuloso, estricto y profundo de los hechos observados, y que se asienta en el planteamiento de una teoría.
La teoría debe estar siempre sustentada por elementos conceptuales sólidos, que no proporcionen ambigüedad alguna. Se podrá apreciar cómo la teoría electrobioquímica que exponemos en este estudio sobre los tumores benignos y malignos va consolidada con una tercera fase, imprescindible y exigible. Nos referimos, como es lógico, a las pruebas. Y a través de ellas tratamos de confirmar que es imposible que se forme ningún tumor, tanto benigno como maligno, sin que se produzca una excitabilidad celular, salvo en los casos que describimos en la tabla PeGFer, que aquí se expone.
Palabras clave
Papiloma pédico: Hormonas, edad, electricidad, parasimpático, testículos, ovarios, pie (diana).
Melanoma interdigital maligno: Melanocito y electricidad.
Tumores benignos y malignos
Durante muchos años, la mayor parte de nuestra vida, nos hemos entregado de forma pausada, razonada y con elementos conceptuales suficientes para poder mostrarnos eficaces dentro del marco creativo sobre la investigación tumoral.
Nuestras primeras observaciones se basaron en apreciaciones muy simples radicadas en el aparato locomotor (sistema esquelético o voluntario). Y trataremos, con la mayor sencillez y claridad posible, de esbozar unos resortes que constituyeron para nosotros la implantación de unos firmes pilares donde poder crear una fuerte cadena constituida por fuertes eslabones y que ninguno de ellos tenga la posibilidad de romperse. Todas estas “piezas” (eslabones) ejercen sus funciones dentro de nuestro sistema nervioso.
Son muchas las enfermedades que son producidas por una patología neuronal. Pero, en primer lugar, nos limitaremos a exponer cómo y porqué se produce un tumor benigno en el pie y, seguidamente, pasaremos al estudio sobre la etiopatogenia tumoral maligna en la misma región.
Tumor benigno en el pie (Papiloma)
El papiloma del pie aparece entre los siete y los doce años de edad, normalmente. A medida que va avanzando la edad, dicho tumor suele ser más infrecuente, cada vez más raro. Se trata de un tumor virásico local, benigno y no expansivo. Aunque no se trate, con el tiempo suele curarse al no poder proliferar la flora viral contenida en el interior de las papilas. Como suele ser muy doloroso, se trata por diferentes métodos: químicos, por cauterización, radioterapia y por cirugía, esencialmente.
Se conocen distintas cepas de virus. Todas ellas tienen una actividad totalmente local. Pero, ¿cómo se forma la flora virásica en el interior papilar? La papila del pie es muy rica en vasos y nervios, lo que explica el intenso dolor. En la papila se produce un proceso electrobioquímico: intervienen principalmente la electricidad, la acetilcolina (hormona que acompaña siempre al sistema nervioso), los componentes químicos propios de la vida papilar, los aminoácidos y las mitocondrias. Como excitantes de la papila inter-vienen la propia corriente eléctrica y la referida hormona (acetilcolina). Nuestra propia electricidad es, sin la menor duda, el mayor excitante del organismo.
En las edades indicadas anteriormente, se inicia paulatinamente el desarrollo de las gónadas. Las células de Graaf (en el ovario) y las células de Leydig (en el testículo) pueden experimentar un fuerte estímulo que aparece con mayor o menor precocidad. El estímulo provoca una excitabilidad celular. La excitación suele producir un aumento de la intensidad eléctrica, que es conducida a través del parasimpático sacro a la médula espinal.
La acción de los nervios pelvianos (sacros) se ejerce sobre los sistemas urinario y genital. (1) La transmisión sináptica entre las neuronas preganglionares y posganglionares a nivel del ganglio pélvico se efectúa mediante la acetilcolina, ya se trate del simpático o del parasimpático. (1) Por el contrario, la transmisión química de la unión entre las fibras posganglionares y el tejido que inerva es la noradrenalina para el simpático y la acetilcolina para el parasimpático. (1)
Las fibras preganglionares del parasimpático sacro se originan en los centros sacros descritos por Laruelle. (1) Abandonan la médula siguiendo los ramicomunicantes de los nervios espinales (comunicantes blancos) y se incorporan a las ramas anteriores de los nervios sacros S2, S3 y S4, formando los nervios erectores o esplácnicos pelvianos que se unen al plexo hipogástrico.
Estos nervios, como hemos dicho anteriormente, son los que ejercen su actividad sobre los sistemas genital y urinario. Forman parte del plexo lumbosacro. El plexo sacro está formado por el tronco lumbosacro y las ramas ventrales de las tres primeras raíces sacras. (1)
El tronco lumbosacro está constituido por L5 y se comunica con L4 y S1. Este último nervio recibe al tronco lumbosacro y se une oblicuamente con S2 para constituir el nervio isquiá¬tico (ciático mayor). Estos dos primeros nervios sacros envían una rama vertical hacia el S3 (tercer nervio sacro) y este último constituye el elemento esencial del nervio (plexo) pudendo. (1)
El plexo sacro se extiende desde la articulación sacroilíaca, por arriba, hasta la incisura isquiática, por abajo. El plexo lumbosacro ocupa la parte posterolateral de la pared pelviana. Con¬trae relaciones inmediatas con ciertas ramas de la arteria hipogástrica. (1)
Pero lo que a nosotros nos interesa es la inervación del miembro inferior y su rela¬ción con la parte genitocrural. Dicha relación se efectúa a través del plano anterior de los nervios del miembro inferior. Estos nervios se originan en el plexo lumbar. (1) El plano posterior está dispuesto con las ramas del plexo sacro, esencialmente el nervio isquiático (ciático mayor) que inerva el resto del miembro inferior. (1)
El nervio ciático mayor es el nervio más voluminoso del cuerpo humano. Nace de la convergencia de todas las raíces del plexo sacro; tronco lumbosacro, S1, S2 y S3, las que se reúnen en un tronco único (Figura 1). El nervio ciático mayor sale de la pelvis y sigue el eje de la región posterior del muslo hasta la fosa poplítea donde se bifurca dando lugar a los nervios ciáticos poplíteos, interno y externo (Figura 1).
El resto de la trayectoria neural en las extremidades inferiores aparece descrita en la figura 1. Sus terminales nerviosos se ponen en contacto con las papilas nerviosas del pie que se constituyen en el punto diana y donde se produce el proceso electrobioquí¬mico, dando lugar a la formación virásica (Figura 2). Se conocen varias cepas de distintos virus.