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Reflexiones sobre el cuidar en Enfermeria
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Autor: Lic. Luis Rodríguez
Publicado: 26/11/2009
 

A través de la historia el hombre siempre ha buscado las estrategias para protegerse, para cuidarse, bien sea de los elementos de la naturaleza llamadas fuerzas sobre naturales, enfermedades, agresiones físicas o simplemente de aquello que considerase nocivo para su salud, del mismo modo también ha buscado la asistencia de otras personas en aquellos momentos en los cuales ha requerido cuidado, ya que por sí mismo no ha logrado llegar a obtener o recuperar la salud, es por ello que el verbo cuidar tiene una gran carga semántica, pues es un término que se utiliza en distintos contextos para significar operaciones distintas.


Reflexiones sobre el cuidar en Enfermeria .1

Reflexiones sobre el cuidar en Enfermería.

 

Rodríguez, Luis 1. Tovar Doancely 2. Guevara Berta ³. Evies Ani 4 Hernández, Yaritza 5

 

1.     Licenciado en Enfermería. Magister en Cuidado Integral Al Adulto Críticamente Enfermo. Profesor asistente del Departamento de Enfermería Básica. Escuela De Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Valencia- Venezuela.

2.     Licenciada en Enfermería. Magister en Cuidado Integral Al Adulto Críticamente Enfermo. Profesor asistente del Departamento de Enfermería Básica. Escuela De Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Valencia- Venezuela.

3.     Licenciada en Enfermería. Magister en Cuidado Integral Al Adulto Críticamente Enfermo. Profesor titular del Departamento salud integral del adulto. Escuela De Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Investigadora activa del Programa de Promoción Al Investigador. Valencia- Venezuela.

4.     Licenciada en Enfermería. Magister en salud reproductiva. Profesor titular del Departamento de Enfermería Básica. Escuela De Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Investigadora activa del Programa de Promoción Al Investigador. Valencia- Venezuela.

5.     Licenciada en Enfermería. Enfermera asistencial II en la Unidad de Emergencia de Adultos Ciudad Hospitalaria Doctor “Enrique Tejera”. Estudiante de la maestría: Cuidado Integral Al Adulto Críticamente Enfermo. Dirección de Postgrado Universidad de Carabobo. Valencia- Venezuela.

 

INTRODUCCIÓN

 

A través de la historia el hombre siempre ha buscado las estrategias para protegerse, para cuidarse, bien sea de los elementos de la naturaleza llamadas fuerzas sobre naturales, enfermedades, agresiones físicas o simplemente de aquello que considerase nocivo para su salud, del mismo modo también ha buscado la asistencia de otras personas en aquellos momentos en los cuales ha requerido cuidado, ya que por sí mismo no ha logrado llegar a obtener o recuperar la salud, es por ello que el verbo cuidar tiene una gran carga semántica, pues es un término que se utiliza en distintos contextos para significar operaciones distintas.

 

Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas hemos estado dedicados a cuidar algo, bien sea nuestros familiares, amigos, pacientes, incluso nuestras mascotas y plantas. De cualquier manera que practiquemos el estar pendientes de algo, eso se traduce en una simple acción, que es el cuidar. Así mismo también podemos estar pendientes de nuestros cuerpos de muchas y distintas maneras con el objetivo de mantener la salud, esa atención se traduce entonces en auto-cuidado, que es otra forma de practicar el cuidado pero con nosotros mismos. Lo cierto, es que el cuidado está presente en el “ser ahí” humano, durante su permanencia en la vida y Ser-en- el- mundo [1]. Por consiguiente, lo que el ser humano puede y llegue a ser es una “obra” del “cuidado”.

 

Esta concepción, plantea dos vertientes que podremos discernir, por un lado está el esfuerzo que brinda desinteresadamente la persona cuidadora al ofrecer cuidado a quien lo requiere, por el otro lado, está la solicitud y entrega de ese cuidado.

 

Durante el desarrollo de esta revisión bibliográfica iremos describiendo diferentes conceptualizaciones a la luz de varios autores y teorizantes acerca del término cuidar; en tal sentido el cuidar se puede definir como: “una actitud fundamental, un envolvimiento afectivo por la persona que se cuida”, del mismo modo también dice que el cuidar es natural propio del humano [2]; esta definición es compartida por los autores ya que resume en esencia lo que es el significado de lo que consideramos cuidado, ya que el cuidar para nosotros es una condición humana, donde está implícito el afecto, el intercambio de energía, donde la actitud juega un papel preponderante en esa acción de cuidado, esa actitud de parte de la persona cuidadora debe ser proactiva, llena de entusiasmo donde se transmita respeto y armonía al otro.

 

Es interesante y muy sano para el espíritu practicar el cuidado desde esta perspectiva ya que cuando cuidamos con un espíritu lleno de alegría, con afecto, sintiendo que lo que hacemos sale desde el corazón nuestra alma se reconforta y nuestro espíritu se refuerza, ya que en realidad ese envolvimiento afectivo del que habla L. Boff es entendido como la relación terapéutica y de empatía que debe existir en todo personal de salud independientemente de la acción que este desempeñando, el cuidado es una energía, es un dar y recibir tanto de parte de quien cuida como del que recibe cuidado. A continuación se presentan algunas concepciones derivadas de teóricos que a nuestro parecer están relacionadas con el cuidado.

 

El cuidado se relaciona, con dos referentes semánticos: esfuerzo angustioso y solicitud, lo que significa que, el ejercicio de cuidar conlleva, por un lado, esfuerzo, dedicación, trabajo y; por otro lado, se puede definir como una entrega, una solicitud, de respuesta a necesidades ajenas. [1] Es decir, cuando ponemos en práctica el cuidar estamos de algún modo interrelacionándonos con el sujeto que recibe cuidado, le hacemos entrega de nuestra ayuda, de nuestra confianza y eso de algún modo va cargado de una energía, un sentimiento. Por otra parte la palabra cuidado significa desvelo, solicitud, diligencia, celo, atención, buen trato” [2], lo que traduce esta definición es que la palabra cuidar está relacionada íntimamente con una actitud de parte de la persona cuidadora, la cual debe ser de entrega, esforzarse solícitamente por algo o por alguien; la acción de cuidar, pues, desde sus orígenes trae consigo una especial carga emocional, y espiritual ya que requiere de sinceridad, amor por el prójimo, desinterés, dedicación y esfuerzo.

 

En Enfermería desde sus inicios formales encontraremos a personalidades que le han aportado una visión filosófica a lo que es hoy en día Enfermería, ese es el caso de las teorizantes: Nightingale, Wiedenbach, Henderson, y Watson; estas teóricas en sus aportes epistémicos a Enfermería han dejado en claro que la enfermera está en constante relación con el paciente y su entorno, quien se comporta como una madre que alimenta y cuida de alguien, así mismo consideran a los cuidados de Enfermería como el arte de cuidar, donde el paciente tiene necesidades que hay que cubrir pues si no se cubren llega el desequilibrio físico y hasta la muerte, estos aportes filosóficos proporcionan herramientas suficientes en la resolución de problemas específicos de Enfermería.

 

Florence Nightingale, Considerada la matriarca de Enfermería y reconocida por todos como la dama de la lámpara, Florence Nightingale contribuyó enormemente a la disciplina de Enfermería con su visión de cómo el entorno influye en la salud del individuo, define el entorno como todas las condiciones e influencias externas que afectan la vida y el desarrollo de un organismo y que pueden prevenir, detener o favorecer la enfermedad, los accidentes o la muerte [3], aquí podemos comprender cómo este concepto y visión que tenia Florence Nightingale para esa época se adapta perfectamente a nuestro tiempo, es de hacer notar que esta visión de lo que ella consideraba un entono saludable se puede traducir en una manera de cuidar ya que los elementos esenciales que consideró de mayor importancia eran: el aire puro, agua potable, eliminación o disposición de aguas residuales, higiene y luz; el buen manejo del entorno por parte de la enfermera, así como también la continuidad de los cuidados hizo que se cambiaran totalmente los paradigmas en cuanto a la salud para ese entonces, hay que reconocer que aun después de 150 años esos conceptos aun están vigentes de modo que podemos concluir que el cuidado del entorno afecta positivamente en la salud y recuperación del enfermo, aquí podemos evidenciar que el cuidado no se resume únicamente a la persona, pues también podemos cuidar que el ambiente donde realice ese cuidado debe estar en condiciones apropiadas y de salubridad, para que el mismo sea un éxito. Por su parte, Ernestine Wiedenbach de origen alemán, publica su teoría que se centra en el arte de la Enfermería y las necesidades del paciente, dicha teoría guía las actuaciones del profesional de Enfermería en lo que ella considero era un arte.

 

Esta teorizante postuló que la Enfermería clínica tiene como objetivo satisfacer la necesidad de ayuda del paciente [3], aquí podemos evidenciar que Ernestine. W, ve a Enfermería como una profesión de ayuda y su descripción del cuidado se relaciona con la definición de cuidado que le da Heidegger; del mismo modo Ernestine. W, en su teoría propone que para identificar la necesidad de ayuda de los pacientes se debe indagar en relación al significado de la conducta del usuario, las causas de incomodidad o incapacidad del enfermo, y se debe valorar las capacidades de auto-cuidado de la persona, ella considero estos elementos básicos para que la enfermera cuidadora los revisara antes de realizar sus acciones.


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Al mencionar las necesidades del paciente es importante traer a colación algunos conceptos concebidos por Virginia Henderson la cual empieza a interesarse por la Enfermería durante los años de la primera guerra mundial, después de licenciarse como enfermera y matricularse como profesora en Enfermería comienza a trabajar con el proceso de Enfermería como el método de trabajo de la enfermera. Ella sostiene que la única función de Enfermería es ayudar al individuo, sano o enfermo, en la realización de aquellas actividades que contribuyan a su salud o a su recuperación [3], observamos que utiliza el término “ayuda” en su definición de lo que considera es Enfermería; del mismo modo considera que la enfermera debe poseer conocimientos tanto en ciencias biológicas como en ciencias sociales. Del mismo modo, identificó 14 necesidades que son básicas en la persona, ellas son: respirar, comer y beber adecuadamente, eliminación, moverse y mantener posturas adecuadas, dormir y descansar, vestirse adecuadamente, mantener la temperatura del cuerpo dentro de límites normales, mantener la higiene corporal y la integridad de la piel, conservar un entorno seguro, comunicarse, ejercer su religión, trabajar, ocio y aprender.

 

Al igual que Florence Nightingale, Henderson observó que interviniendo positivamente en estas 14 necesidades básicas la enfermera prestaría un mejor cuidado e incluso más individualizado cuando las circunstancias lo requieran. Henderson menciona en su teoría que la enfermera no solo debe valorar las necesidades del paciente sino también las causas que alteran dichas necesidades, señala: “toda enfermera debe ponerse en el lugar de sus pacientes para saber cuáles son sus necesidades”. [3]

 

Este señalamiento que hace Virginia Henderson lo entendemos como la empatía que debe sentir la enfermera al momento de dar cuidado al usuario, ese sentimiento empático determinará la correcta identificación de cualquier alteración en la persona; podemos concluir que la visión y la concepción de Virginia H, de lo que significa cuidado y lo que para ella es Enfermería se relaciona en algunos aspectos con Florence Nightingale, y Heidegger desde su dimensión humanística, y por ser Enfermería una profesión humanista, donde tiene la oportunidad de relacionarse día tras día con seres humanos y por consiguiente comunicarse, es fundamental que la enfermera considere la intersubjetividad como una oportunidad de explorar los sentimientos de las personas que cuida, así como los conocimientos que ésta tiene sobre determinado aspecto, ya que sólo la otra persona sabe lo que necesita y siente. A través de la intersubjetividad se pone de manifiesto la interacción en las relaciones sociales como esencia y resultado de la actividad humana creadora, afectiva y racional entre la enfermera y la persona cuidada.

 

Este es un proceso complejo, interactivo, donde el cuidado de Enfermería es definido por Jean Watson como la esencia de la práctica de Enfermería. [3] Watson propuso una filosofía de la ciencia del cuidado identificando 10 factores que se deben tomar en cuenta al momento de dar cuidado los cuales son:

 

  1. Formar un sistema de valores,
  2. inculcar valores de fe y esperanza,
  3. favorecer la sensibilidad hacia uno mismo y hacia los demás,
  4. desarrollar una relación de confianza y ayuda,
  5. promover y aceptar las expresiones positivas y negativas,
  6. utilizar sistemáticamente el método de resolución de problemas para tomar decisiones,
  7. promover el aprendizaje interpersonal,
  8. proporcionar un entorno de apoyo y protección o de mejora en los ámbitos mental, físico, sociocultural y espiritual,
  9. ayudar a satisfacer las necesidades humanas y
  10. tomar en cuenta las fuerzas existenciales y fenomenológicas. [3]

 

Tomando en consideración estos aspectos la enfermera abordará no solo la parte biológica de la persona, sino también el aspecto espiritual, social, cultural, emocional entre otras dimensiones; Watson considera de suma importancia las acciones preventivas como función de la enfermera para evitar las enfermedades, del mismo modo menciona la importancia que tiene la fenomenología, la psicología y las humanidades para Enfermería, por ser ésta una ciencia humana.

 

En este resumen de las filosofías de Enfermería, se puede evidenciar que Enfermería como disciplina profesional desde sus inicios ha buscado una base teórica y filosófica donde sustentarse, ya que no solo la practica hace a la enfermera, sino más bien es el conocimiento que ésta adquiera lo que le dará carácter a sus acciones, por otra parte queda claro que las teorías de Enfermería son necesarias al momento de cuidar y de hablar de cuidados de Enfermería, demostrando que el cuidar , es una acción propia de la enfermera, un elemento que caracteriza a la profesión de Enfermería, ya que sin el cuidado no hay curación, por lo tanto debemos tener presente los elementos que nos proporcionan las teorizantes a fin de ponerlos en práctica al momento de cuidar. De manera tal que la palabra cuidar y por consiguiente la acción de cuidado deben articularse con los elementos esenciales para su puesta en práctica, elementos que iremos mencionando a lo largo de esta revisión.

 

Siendo Enfermería una profesión que se debe a los cuidados del paciente existen elementos que dejan muy en claro su significancia, a continuación se mencionaran algunos que consideramos fundamentales y que deben estar presentes al momento de cuidar ellos son: La compasión, el tacto, la escucha atenta, la percepción, la madurez, la honradez, el amor, y la competencia que conjugados y bien orquestados le dan la relevancia al ejercicio del cuidar. [4]. El cuidado está presente en el desarrollo de nuestra cotidianidad laboral y profesional, es por ello que los elementos mencionados anteriormente deben estar presentes en las acciones que emprendamos. Sin embargo, muchas veces no se evidencian estos elementos en las acciones que desempeñan el personal de Enfermería dado que la rutina diaria y compleja que implica el ambiente hospitalario, marca significativamente a este personal de salud, puesto que la mayoría de las veces se olvidan de tocar, de hablar y de oír al ser humano que está allí ingresado, convirtiendo sus acciones inconscientemente en actos mecanicistas donde el paciente es fraccionado por sistemas, donde queda despersonalizado sólo a identificarlo por un número de cama o por una patología.

 

Tristemente en la actualidad en las distintas áreas hospitalarias hay un gran número de pacientes con distintos diagnósticos médicos que ingresan habidos de alguien que les dé una palabra amable que les brinde un cuidado humanizado, sin embargo se encuentran en la mayoría de los casos con salas frías, se sienten aislados solitarios rodeados de aparatos y equipos que suenan y se encienden sus alarmas sin entender que es lo que sucede, unido a este panorama encontramos enfermeras mecanicistas que valoran signos vitales, administran medicamentos y cuantifican líquidos ingeridos y eliminados, sin recordar que el principal objeto de cuidado es el paciente. Es fundamental que el personal de Enfermería en su práctica profesional diaria reflexione sobre el ejercicio del cuidar, como tal, el cual es una acción compleja que involucra una serie de dimensiones tales como: el cuidar como imperativo moral que enfatiza el sentido axiológico de la acción humana, que implica el respeto por la dignidad de la persona que recibe el cuidado y el deseo autentico de ofrecer el cuidado a la persona que lo necesita; el Cuidar Como Relación Interpersonal: Incorpora conocimientos, sentimientos y comportamientos en la relación; esta relación involucra mostrar preocupación o interés por el otro, y educación para la salud; el Cuidar Como Intervención Terapéutica: las acciones de cuidado pueden ser específicas: escucha atenta, enseñanza al paciente, toque, consideración, competencias técnicas.

 

El cuidado puede incluir todas las acciones de Enfermería necesarias para asistir a los pacientes. Hay una necesidad de adecuar el conocimiento y las habilidades como las bases para esas acciones de cuidado, así como la congruencia entre estas acciones y la percepción de las necesidades del paciente; por su parte, El Cuidar Como Afecto: comprende un envolvimiento emocional con un sentimiento empático por la experiencia del paciente. Significa un sentimiento de interés, desde el punto de vista de la protección, un sentimiento de dedicación que motiva las acciones dadas por el personal de Enfermería. Sin duda alguna, estas dimensiones exigen una serie de características en la enfermera como persona cuidadora. Cabe señalar que estas se enmarcan en lo que debería ser el perfil de una enfermera generalista o de cuidado directo, si bien la enfermera es un ser humano lleno de programaciones conductuales, adoctrinamientos, paradigmas, emociones y costumbres; que reacciona ante los eventos de la vida cotidiana del mismo modo que el resto de las personas, también es cierto que debe ser poseedora de algunas cualidades que le proporcionen un singular desempeño profesional durante la prestación de cuidado.

 

En lo que respecta a este último punto, algunos referentes bibliográficos refieren que antiguamente las enfermeras eran vistas como mujeres prestadoras de cuidado que deberían ser espirituales, calladas, sumisas estas cualidades eran heredadas por las primeras cuidadoras que provinieron de las congregaciones religiosas, en la India antigua se consideraba que las prestadoras de cuidado eran mujeres bien arregladas, delicadas, humildes de espíritu, todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo es vista la enfermera actualmente?, ¿Qué influencia ha dejado la historia en relación al comportamiento del profesional de Enfermería?, ¿Cuál es el perfil que debe tener una enfermera prestadora de cuidado, para que este cuidado sea de calidad y reconocido tanto por la persona que lo recibe como por el resto del personal de salud y a su vez por la sociedad?


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En distintas revisiones bibliográficas podemos encontrar lo que se considera debe ser el comportamiento y perfil de una enfermera, entre las características más resaltantes encontramos que debe ser responsable, la responsabilidad es vista mas como característica que como una virtud, ya que sin la responsabilidad no puede haber profesionalismo en el cuidado, así mismo la enfermera debe ser altruista elemento importante en su desempeño cotidiano, debe ser conocedora de la tecnología tanto en los equipos biomédicos como en el campo de informática e internet, poseer conocimientos científicos basados en teorías de Enfermería y en estudios clínicos, del mismo modo debe incluir el uso del método científico en la práctica, este conocimiento debe ser integral donde se aborde la psicología, el estudio de las emociones debe existir un pensamiento crítico y analítico y donde exista respeto por el humano que está a su cuidado, ofreciendo un trato justo y creativo al momento de realizar los cuidados; en cuanto a la práctica debe tener habilidades y destrezas, esto le proporcionará otra característica importante como lo es la autonomía, ya que como profesión la enfermera controla sus propias funciones, posee independencia y es responsable de sus actos, tiene capacidad en la toma de decisiones, debe investigar sobre el cuidado de Enfermería, del mismo modo, no debe descuidar el aspecto social característica que orienta la sensibilidad ante las necesidades humanas y que a su vez le permita contribuir al bienestar de paciente.

 

Siendo las cosas así, resulta claro que la enfermera contemporánea debe ser afectuosa, cariñosa, empática, capaz de manejar el estrés que puede causar el cuidar a otra persona y su propio estrés de vida, ya que actualmente se vive en un mundo lleno de situaciones estresantes, de igual manera no podemos dejar de mencionar la tolerancia como característica en el perfil de la enfermera siendo esta tolerancia la actitud de respeto y aceptación ante ciertas situaciones que pueden presentarse tales como: preferencias religiosas o políticas, por tanto debe ser flexible y saber manejar las emociones, la enfermera debe ser solidaria para ayudar al usuario, familiares así como también a sus propios compañeros de trabajo, debe poseer habilidades para establecer buenas relaciones con sus pacientes y ser poseedora de un gran sentido ético.

 

Además de los elementos y componentes que describen las características de la enfermera debemos considerar que para ser buenos cuidadores y dar un buen cuidado debemos ser buenos comunicadores ya que la buena comunicación desempeña una relación filial entre la persona que cuida y el recibidor de cuidado, ya que sin una buena comunicación no se puede llegar a obtener un feliz término de la relación terapéutica enfermera-paciente.

 

El cuidado debe verse desde una óptica biofísica y social desde la cultura, la psicología y hasta el ambiente donde se encuentra la persona, recordemos la teoría de Florence N, ya que desde estos elementos nos ampliará la visión de lo que es el cuidado. Debemos comprender que cuando el personal de Enfermería conoce y respeta la cultura y el ambiente del enfermo, esto repercute favorablemente en sus acciones cuidadoras, se hace más pertinente y a su vez mas individualizado.

 

El acto de cuidar está arraigado a la cultura a los valores humanísticos y altruistas cuyo desarrollo se inicia en la infancia donde se comparten valores con los padres, desde allí emprendemos el gran camino hacia el cuidado. Ya para concluir debemos enfatizar que la buena enfermera presta cuidado de Enfermería eficaz y se interesa por el paciente cuando realiza sus acciones cuidadoras de una manera empática, y respetuosa, el cuidar es un concepto muy amplio y complejo que incluye un conjunto de competencias que se basan en el interés, la compasión, la preocupación, el cariño, el respeto, el compromiso, el amor y el estar atento a los detalles en nuestros actos como cuidadores, el responder con sensibilidad a la situaciones que el individuo este viviendo, tocándolos y escucharlos harán que nuestro cuidado sea una bendición y una gran oportunidad en nuestra vida terrenal para hacer el bien al prójimo.

 

El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace. León Tolstoi.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

1.     Heidegger Martín. (1991) El Ser y El Tiempo. Fondo de Cultura Económica. Argentina. Tercera Reimpresión Argentina. Traductor José Gaos. Pág. 219.

2.     Boff, L. (1999). Saber cuidar. Ética do Humano Compaixao Pela Terra. Brasil. Editora Vozes. p.p. 24, 33- 46

3.     Marriner, Tomey, A. (1997). Modelos y teorías en Enfermería. Editorial Harcourt España. Pág: 73, 88, 102, 151.

4.     http:// www2. glauco.it/ vitral%20/ itral51 /bioet.htm, ¿Sabemos Cuidar A Los Demás? Revista Vitral Numero: 5. Año: VIII Septiembre-Octubre 2002. (Consultado en Diciembre 2007)